domingo, 18 de junio de 2017

COLTÁN

La explotación del coltán, especialmente en Congo, ha ocasionado diversas polémicas sobre las posibles consecuencias a nivel social y ambiental. La explotación de este recurso ha alimentado conflictos armados entre facciones locales, apoyadas, en algunos casos, por gobiernos extranjeros como el de Uganda. Esto plantea un dilema moral similar al de la comercialización de diamantes de guerra. Otras preocupaciones derivadas de la extracción del coltán pasan por la explotación laboral de los trabajadores que participan en la misma o la destrucción de ecosistemas, pues los principales yacimientos coinciden con los hábitat de gorilas en peligro de extinción.

Otras de las consecuencias de la explotación del coltán son la depredación de enormes parques naturales para convertirlos en minas de Coltán, destrucción de microsistemas de flora y fauna, desplazamiento de incontables especies salvajes, en definitiva, destrucción del medio natural en pro de la ambición capitalista y consumista del ser humano.

Resultado de imagen de coltan congoSu explotación en África ha estado, y está, ligada a conflictos bélicos para conseguir el control de este material, condiciones de explotación en régimen de semiesclavitud, desastres medioambientales con gravísimas repercusiones en la fauna local de especies protegidas (gorilas, elefantes), e incluso a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e infrahumanos métodos de explotación.

Los niños, como en todo devenir de la Historia, son las víctimas de la lucha por el coltán, seres terriblemente explotados, de entre siete y diez años, y a los que se les «paga» con 25 céntimos de euro al día.

Cada kilo de coltán que se extrae les cuesta la vida a dos niños, a dos seres inocentes. Son datos terroríficos. El coltán lo extraen niños porque se encuentra en yacimientos a muy baja profundidad, y con sus pequeños cuerpos son los que caben mejor por los recovecos.
El petróleo también genera conflictos
"El pueblo americano ha entendido que es mucho más fácil y divertido ir a la guerra del Golfo y sacar a patadas el petróleo de Medio Oriente que hacer sacrificios para limitar el consumo del petróleo importado por parte de los americanos". Esto fue dicho por James Schlesinger, ex secretario de energía de la administración Carter, después de la guerra del 91 en el Golfo. Y revela la poca diferencia entre demócratas y republicanos cuando se trata de petróleo.

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